Café Farias

UN CASO QUE EMPEZÓ SIENDO UN PROYECTO NORMAL, Y TERMINÓ EN UNA PROFUNDA REFLEXIÓN SOBRE ÉTICA Y NARRATIVA DE MARCA

Cuando el mismo nieto de Heraclio Farias me llamó, me quedé de piedra. ¡Farias el de los puros! Es el nieto. Increíble. Me sentí muy halagada, había hecho un buen trabajo de posicionamiento. Empezaba a trabajar para grandes marcas. Marcas populares. Me motivó muchísimo. 

Farias, era un legado profundo, no solo en la forma en que se cultivaba el café, sino también en la ética del trabajo que ha perdurado a través de los años. Pero lo que realmente me sorprendió fue la manera en que su historia de reinvención se entrelazaba con el contraste de una época llena de misterio, ambición y oscuridad. 

Me inspiré en el cine de mafiosos de los años 50, ese estilo elegante, sombrío y dramático de películas como El Padrino o Los Intocables de Eliot Ness. La atmósfera de esos filmes, cargada de luces tenues y sombras profundas, combinada con la tensión y la moral compleja, se convirtió en el marco perfecto para el rebranding de Café Farías.

 

El contraste rompedor: El placer y la ética juntas

Lo que más me atrajo fue el contraste que surgió al pensar en una marca que, por un lado, tenía esa aura cinematográfica, cargada de misterio, sensualidad y una estética retro, pero que por otro lado representaba una causa completamente opuesta a la de las marcas tradicionales de café ético.

Mientras otras marcas de café sostenibles optan por colores suaves y naturales, Café Farías rompe ese molde. Aquí, el café no solo es artesanal y ecológico, sino que se enfrenta a una estética dramática, basada en los tonos oscuros, la sensualidad y la elegancia vintage. Lo que antes representaba el glamour de los mafiosos, ahora se transforma en un mensaje de reinvención y ética.

El resultado es una marca que muestra la ética a través del contraste, donde la oscuridad del pasado se encuentra con la luz de la responsabilidad medioambiental. Este no es solo un café; es una declaración. Un café que se cultiva en cafetales artesanales sostenibles con packs compostables, una marca que se reinventa mientras mantiene sus raíces profundas.

Sara Montiel: La voz de un placer genial


Para darle una voz auténtica a esta historia, elegí a Sara Montiel como la imagen de la marca. Ella no solo es un ícono de sensualidad y elegancia, sino que aporta ese glamour y carácter que conecta perfectamente con la atmósfera cinematográfica que quería transmitir.

En su voz, Café Farías se convierte en algo más que un simple placer cotidiano; es un placer genial, un gusto refinado para genios que entienden el valor de la reinvención, que aprecian la historia detrás de cada grano y, sobre todo, que creen en un futuro mejor para el planeta.

Sara Montiel, con su estilo único, pronuncia las palabras que dan vida al café: “Café Farías, un placer genial, el sabor de una familia que supo reinventarse, de un café que viene de la tierra con conciencia, porque lo único que queremos es ofrecer el mejor café… y también cuidar el mundo en el que vivimos.”

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